El Ill, sus cinco brazos y sus muelles bucólicos

El río Ill está omnipresente en la Petite France, lo que le ha valido en muchas ocasiones el apelativo de pequeña Venecia. En los límites que configuran el barrio, el río forma un sorprendente delta de cinco brazos. A vista de pájaro, estos brazos parecen los dedos de una mano intentando atrapar toda la ciudad. El río Ill, a la vez tranquilo e impetuoso, confiere al barrio todo su encanto. Déjese llevar paseando por los muelles y admire cómo se refleja el color de las fachadas de antiquísimas casas.

La encantadora plaza Benjamin Zix

Es el lugar donde pararse para apreciar plenamente la belleza del lugar. A la sombra de los plátanos, esta plaza, que en verano está muy animada, ofrece unas vistas magníficas sobre el río y un conjunto excepcional de casas con entramado de madera. La Maison des Tanneurs, repleta de geranios en flor desde la primavera hasta el otoño, es la joya de esta plaza. ¿Por qué no aprovechar y tomarse una copa o almorzar en la terraza de La Corde à Linge?

La blancura de la calle del Bain-aux-Plantes

Desde la plaza Benjamin Zix, se puede acceder a la rue du Bain-aux-Plantes, bordeada por un conjunto muy homogéneo de casas típicamente alsacianas. Impresiona tanto que resulta imposible no dejarse seducir por su atractivo visual. En esta antigua calle de curtidores, cada casa es de un blanco impoluto que hace resaltar el entramado de geometría variable con un tejado adicional, muy abierto, para poner a secar las pieles. La calle, con su empedrado de adoquines antiguos, es una auténtica incursión en el pasado

Los puentes

Saliendo de la calle del Bain-aux-Plantes, descubrirá el puente del Faisan, localmente conocido como “le Pont Tournant” (el puente giratorio). Este pequeño y discreto puente peatonal dicta su voluntad a todos los transeúntes. Probablemente deberá tener paciencia para cruzarlo, porque habrá girado para dejar paso a un barco turístico. Toda una atracción.

Muy cerca está el puente Saint-Martin, un puente de piedra con dos arcos y una sola pila. Desde allí, no se pierda la vista sobre los molinos, presas y esclusas y la pintoresca terracita sobre el agua del restaurante Au Pont Saint-Martin.

Estos dos puentes ofrecen unas vistas de postal, con mucho encanto para llevarse unas preciosas fotos de recuerdo.

Los eternos Puentes Cubiertos

Aquí es donde el río Ill se divide en varios brazos. Es un lugar de excepción y figura entre los más célebres de Estrasburgo. El puente y sus tres torres de guardia altas, austeras y macizas, vestigios de la muralla medieval, son imponentes. De un extremo a otro, se pueden ver los cinco brazos del Ill rodeando pequeñas parcelas de tierra… Algo retirada, la catedral de Notre-Dame parece velar sobre este lugar sublime. 

Covered bridge Pont Couverts

La protección de la presa Vauban

Bajo el reinado de Luis XIV, el prolífico Mariscal de Sajonia mandó construir la presa Vauban bordeando los Puentes Cubiertos, para así reforzar el cinto defensivo de la ciudad, que en esa época estaba completamente amurallada. Esta presa de trece arcos, al cerrar todas sus compuertas, cortaba el curso del río Ill, inundando así las tierras situadas al sur de Estrasburgo. De este modo los ejércitos enemigos quedaban atrapados en el lodazal. Desde la terraza panorámica se ofrece una magnífica vista sobre los Puentes Cubiertos, la Petite France y la catedral, por un lado; y por el otro se divisa el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo y el edificio administrativo del departamento.