El centro histórico
Es casi enteramente peatonal y está catalogado como sector protegido, donde se atesoran riquezas patrimoniales de la Edad Media al siglo XX. Sus numerosos edificios religiosos albergan tesoros como “la Virgen del rosal”, una obra maestra de Martin Schongauer (iglesia de los Dominicos). El centro histórico destaca por su coherencia y belleza.
La Petite Venise
La “pequeña Venecia” es la postal de Colmar por excelencia y tan célebre como la Petite France de Estrasburgo. Está formada por el Lauch, un río de aguas tranquilas, casas con entramados de colores cálidos y pintorescas callejuelas, que constituyen el gran encanto de este barrio del que emana un intenso romanticismo. Se pueden dar paseos en barca.
La Casa Pfister
La Casa Pfister fue construida en 1537 por un acaudalado sombrerero llamado Ludwig Scherer. Constituye el mejor conjunto de estilo Renacimiento en Colmar, y conserva características medievales. Sus joyas: una hermosa ventana mirador angular en dos plantas, una magnífica galería de madera, una torrecilla octogonal y una serie de pinturas que representan escenas de la Biblia.
La antigua aduana
También conocida como Koïfhus, es el edificio público más antiguo de Colmar. La planta baja de este imponente edificio del siglo XV se utilizaba para almacenar las mercancías sujetas al impuesto municipal. El piso se destinaba a reuniones administrativas y a los magistrados. Tal vez tenga la oportunidad de entrar en el edificio durante alguno de los actos públicos que se organizan.
La Maison des Têtes
Esta magnífica mansión construida en 1609 es una muestra del Renacimiento alemán. Debe su nombre a las ciento seis cabezas o máscaras grotescas que adornan la fachada provista de una magnífica ventana mirador central. La gracia consiste en contemplarlas de una en una… En lo alto del edificio se alza la estatua de un tonelero que data de 1902. Es obra del célebre escultor alsaciano Auguste Bartholdi, a quien le fue encargada por el gremio de vinos instalado en el edificio en 1898.
La Colegiata de Saint-Martin
Es una muestra importante de la arquitectura gótica, también conocida como “la catedral de Colmar”. Aunque su silueta actual data de 1575, la construcción se llevó a cabo de 1235 a 1365. Tras el incendio que destruyó la torre sur, fue sustituida por la linterna-cúpula que se aprecia en la actualidad.
El Museo Unterlinden
En Colmar hay muchos museos donde pueden admirarse colecciones muy valiosas. El Museo de Unterlinden es una visita obligada. Se trata de un antiguo convento con un magnífico claustro, una auténtica joya. De sus muros cuelga un tesoro: el Retablo de Issenheim. Esta obra maestra (1512-1516) se debe a Nicolas de Haguenau y Matthias Grünewald. El políptico representado es extraordinario, obra de un artista visionario. ¡Ineludible!