La iglesia católica de Saint-Pierre-le-Jeune

Esta impresionante iglesia de arenisca rosa, construida después de la anexión alemana, está coronada con una imponente cúpula, la más grande de Alsacia. Edificada entre 1889 y 1893, es una de las principales obras arquitectónicas de la Neustadt.

Debido al fuerte crecimiento demográfico del siglo XIX, y sobre todo después de 1871, la parroquia católica, que hasta entonces compartía la primera iglesia de Saint-Pierre-le-Jeune con los protestantes, empieza a tener problemas de espacio. Las obras de la nueva iglesia se confían a los arquitectos Skjold Neckelmann y August Hartel (creadores también del cercano palacio de justicia o de la biblioteca universitaria).

Siguiendo los cánones de eclecticismo arquitectónico de la época, combinan armoniosamente los estilos, inspirándose a la vez en el arte románico (en particular en las grandes basílicas renanas), y también, para el plano y la cúpula, en las referencias al Renacimiento (especialmente en San Pedro de Roma).

El interior de la iglesia impresiona por sus volúmenes. En el eje de la iglesia, el gran coro está elevado y rodeado de un deambulatorio que da acceso a las capillas absidiales.

La magnífica araña situada en el centro de la iglesia es un buen ejemplo de la habilidad de los orfebres de finales del siglo XIX. Es obra de Eugène Braun y simboliza la Jerusalén celeste, con las doce puertas y los doce apóstoles.

Por su diseño y su decoración, el púlpito es una de las joyas de la iglesia. Realizado por el escultor de Colmar Théophile Klem, consiste en una tribuna que descansa sobre seis columnas sostenidas por leones. El ángel, los leones, los capiteles, las cabezas humanas, la puerta y los mosaicos de inspiración bizantina ponen de manifiesto la habilidad de los artistas de la época.

El gran coro está dominado por un mosaico de grandes dimensiones, cuyos paneles representan varias escenas de la vida de Jesús.

A la derecha del coro, la estatua denominada "La rosa mística" es una obra maestra de refinamiento. Su escultor, Henri Waderé, nacido en Colmar, era uno de los mejores de su época. La estatua, de mármol de Carrara, plasma con delicadeza las curvas esbeltas del cuerpo y los pliegues del vestido.

Al igual que la iglesia de Saint-Paul construida en la misma época, la arquitectura monumental de Saint-Pierre-le-Jeune y su puesta en escena en el paisaje urbano la convierten en un elemento de prestigio y vertebrador para la ciudad.