Comer en un Winstub

¿Le gustaría saborear una buena comida inmerso en un ambiente típicamente alsaciano? No puede despedirse de Estrasburgo sin haber comido en un Winstub.

Un placer auténtico

Originariamente los Winstubs eran lugares de carácter popular, ideados por los productores de vino para dar salida al sobrante de su cosecha, haciendo de restaurante directamente en su casa. En un ambiente cálido y rústico, se servía el vino en jarras, acompañándolo con pequeños platos típicos de cocina casera.
Actualmente un Winstub es un local tipo taberna donde reina un ambiente cordial y desenfadado. Las comidas se sirven en típicas mesas con mantel a cuadros rojos. Se bebe y se come mientras se reinventa el mundo… una ocasión de vivir un buen momento.

‘s gilt* !

La vocación primera de los Winstubs era servir vino. Cuando se siente a la mesa en uno de estos establecimientos, tendrá la ocasión de degustar auténticos caldos de producción alsaciana. En algunos Winstubs de Estrasburgo incluso se sirven en unos vasitos típicos denominados rutscherle.
Estos vasitos en forma de cubilete se utilizaban tradicionalmente para beber vino; las copas, más frágiles, se reservaban para las fiestas. Como su nombre indica (“rutscha” significa deslizar), se solían deslizar sobre la mesa para servir a todos los comensales.
*¡A su salud!

¡A la mesa!

El Winstub es sin lugar a dudas el máximo exponente del restaurante típicamente alsaciano. Entre sabores de antaño, platos tradicionales y un decorado lleno de autenticidad, se puede degustar toda la gastronomía alsaciana. Por citar algunos ejemplos, el Wädele (jamoncito) los Grumbeerekiechle (galletas de patata), los Lewerknepfle (salchichas de hígado), el Presskopf (paté de cabeza), el Bibeleskäs (queso fresco con ajo y finas hierbas) y, desde luego, el Bäckeoffe y la Choucroute.

Chez Yvonne: el Winstub de los famosos

Es el Winstub más conocido de la ciudad desde que Jacques Chirac y Helmut Kohl compartieron mesa en una cena. Alrededor de una cabeza de ternera y una tarta de quetsches, conversaron sobre la amistad franco-alemana y la construcción europea. Jacques Chirac era, por cierto, un incondicional de este restaurante: le encantaba frecuentarlo siempre que acudía a Estrasburgo. Todavía hoy, aunque ya no es Yvonne quien regenta el restaurante, muchas personalidades suelen entrar y disfrutar de un rato agradable a su paso por Alsacia.

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